Yo no entendía nada... hasta hace dos años, cuando volví después de mi Erasmus y retome la que era mi amada vida montisonense, con mis amigos de siempre y con mil nuevas historias que contar. Ahora entiendo a Frodo, un poquito.
Lógicamente, yo no estuve a punto de morir, no tenía un puto anillo mágico colgado del cuello ni un monstruito rondándome alrededor durante todo el viaje. A mí no me conceden un sitio privilegiado en un barco de los elfos para marcharme lejos, yo tendría que pagarlo.
¿Cómo seguir adelante, cuando en tu corazón empiezas a entender que no hay regreso posible, que hay cosas que el tiempo no puede enmendar, aquellas que hieren muy dentro, que dejan cicatriz?
Yo también tengo cicatrices que el tiempo no ha enmendado, pero claro, yo no luché contra orcos ni nada de eso.
Esa frase en cursiva me ha llegado muy dentro
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