Historias que no tienen final

viernes, 14 de septiembre de 2012

MIS MEMORIAS SALMANTINAS

Salamanca: ciudad literaria y universitaria, punto crítico entre lo mejor y lo peor de la vida del estudiante, paraíso fiscal para los jóvenes, lugar de historias prohibidas y rincón de noches no vividas. La mejor ciudad de España.
Salamanca, esa válvula de escape cuando algo no marcha del todo bien, cuando el corazón cansado insiste en seguir bombeando sangre a una cabeza que ya no da más de sí, cuando las historias eternas necesitan un fin.
Salamanca 271 días después de la última vez.
Salamanca es más que una ciudad. Salamanca es arte, belleza y literatura. Salamanca es mi convicción de que sería capaz de dejarlo todo por ella. Salamanca es una decisión difícil en un momento más difícil todavía.
Salamanca es cerveza, mucha cerveza. Salamanca es vino, es ron y es tequila. Salamanca es una resaca nunca antes vista, y puedo asegurar que he visto muchas. Salamanca es un mal despertar al lado de la mejor historia de mi vida. Salamanca son tardes de cervezas, noches de gente nueva y amnesia matutina. Salamanca es Ferraz y también es Amaya. Salamanca es amistad.
Tal vez Salamanca sea la ciudad donde debería haber vivido.

Resumiento, que es la hostia.