Historias que no tienen final

lunes, 22 de octubre de 2012

...sin embargo, CADA DÍA (II)

Dicen que segundas partes nunca fueron buenas pero he vuelto a leer "...sin embargo, CADA DÍA" (clic) y he sentido con la necesidad de contestarme a mí mismo.
Ya ha pasado casi un año y medio desde que escribí esa entrada entre un remolino de cosas que nunca más volveré a vivir, así que ya puedo observar objetivamente lo que era mi vida y lo que es ahora mismo. Así es, he vuelto a los días ya vividos, a tener que rebuscar en los minutos perdidos eso que hace que la vida sea especial, ahora vivo un eterno presente en vez de un instante. Ahora ya estoy curado de autismos, temporalidades y miedos así que todo está "bien".
Lo que quiero decir con esto es que al final todo se supera, incluso las cosas que dejan cicatriz dejan de doler algún día y siempre puedes mirar las marcas y sonreír porque las viviste.
La rutina es un lastre inevitable en esta vida y sólo depende de cada persona hacerla más grande o más pequeña.

Así que, a la pregunta que me hice el 22 de mayo de 2011 ("¿Qué pasará dentro de menos de un mes cuando todo se acabe y tenga que volver a encontrar ese pequeño detalle que haga del presente un instante y no un largo período de tiempo?") yo respondo: cada día asimilo mejor las cosas (dicen que he madurado pero yo no me lo creo) así que sigo hacia delante y poco a poco todo vuelve a estar en su sitio; sin embargo, cada día me esfuerzo más en hacer del presente un instante y no un período de tiempo.

Aquí queda muy bien mi frase favorita: Sigo echándole huevos a lo que quede de destino (clic)

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